Di Franco ID.

Christopher Christopher... se supone que se deben esperar cosas grandiosas de el hijo de uno de los magnates de la economía italiana, y una de las doctoras más reconocidas de inglaterra que trabaja en el país Italiano, sin embargo... ¿Qué nació? Nada más y nada menos que Christopher Di Franco. Cuando aquel joven nació todos tenían esperanzas en que se convirtiera en una gran promesa para la arquitectura quizás, la ingeniería, o siguiera el negocio familiar de la economía o la medicina; expectativas que al principio de su vida Christopher intentó constantemente lograrlas y durante el tiempo en que ponía todo su empeño en lograrlo todo en su vida iba de maravilla. No le faltaba nada, tenía "el amor" de sus padres, el apoyo de ellos siempre y cuando él hiciera lo que sus padres querían... pero la pregunta del millón es la siguiente. ¿Cuánto duraría aquello? ¿Cuanto duraría un jóven de 14 años, casi 15 con la presión que le ejercía todo el mundo para ser exitoso, salir de las sobras del apellido Di Franco y valerse con el éxito de el mismo?
La respuesta es muy clara: casi nada. Eso fue lo que ocurrió con Christopher. Un día se dió cuenta de que sus padres en realidad no se preocupaban de él más que para que tuviera éxito y no manchara el apellido Di Franco; no tenía amigos verdaderos, todos estaban con el por ser un Di Franco, su novia lo quería por sexo, por dinero... y el único verdadero amigo que tenía la conoció un día mientras totalmente deprimido, sin control de su propia vida iba paseando por uno de los callejones malos de Venecia, su ciudad natal. Un conocido -que era mafioso, aunque el no lo sabía - se la ofreció: conocía a toda la familia Di Franco, pero le daba lo mismo contaminar a su último miembro. El no dudó en aceptarla, tenía 15 años y no sabía que hacía con su vida, que podía ocurrir si caía en ella... pero cayó, y cayó de la peor forma. Durante casi 3 años y medio estuvo consumido en el mundo de las drogas, de a poco consumía más y más, y a eso le mezclaba una intensa actividad física, para explotar su cuerpo; le gustaba sentir el dolor de esa forma, por que acallaba los desesperados gritos de agonía que tenía en su vida. Mala combinación eso sí las drogas con los deportes, pero a él nada le importaba: ni sus padres, ni su apellido, ni su familia, ni la escuela, N A D A. Solo la droga, y el deporte... y hacia el lugar que lo conducía y la satisfacción que sentía cada vez que la probaba. Durante años la droga lo tragó, hasta que acabó con una sobredosis, tirado en una calle con una jeringa inyectada en su brazo izquierdo, y con mucha droga dentro de su cuerpo... cayó al hospital y estuvo en un coma del que salió a las 3 semanas. Triste final para un Di Franco, ¿verdad?.
Cuando tenía 19 años sus padres averiguaron que en Estados Unidos había un campamento que controlaba a los jovenes durante las vacaciones, a la cual no dudaron acudir. Este año hicieron exactamente lo mismo con el joven Di Franco, pero esta vez de 20 años.