Beth E. Krauss || ID

La mañana del dos de julio del año de 1999 amanecía tranquila y calmada, como si los acontecimientos que irían a desatarse dentro de muy poco no existieran, mientras el orfanato "Sta. Teresa" abría las puertas a todos los niños que necesitaran del apoyo de dos mujeres, del apoyo de una familia. Cada niño asistía por diferentes razones, ya fuera porque lo habían abandonado, porque lo habían echado de casa o el mismo había escapado, porque se había perdido y no tenía ni idea de donde se encontrara su hogar... En fin, cada uno de ellos siempre era recibido con los brazos abiertos.

El caso era que, justo en el momento más pacífico de la mañana, un desgarrador grito resonó en el pequeño orfanato: era el llanto de un bebé. Todos estaban como paralizados, hasta que finalmente la directora del orfanato, Teresa, corrió a buscar a la niña (por su grito, consiguió identificar su género). En efecto, se trataba de una niña, una pequeña niña rubia que pataleaba con fuerza contra la canasta donde estaba abandonada a plena luz del día. No iba acompañada por nada, solo por un precioso collar de fina cadena de plata, en forma de luna con una estrella incrustada. Sin duda a modo de recuerdo de sus verdaderos padres. Teresa comprendió que aquella niña había sido abandonada y que necesitaba de atenciones.

Emprendió el regreso al orfanato, en donde crió a esa niña. La llamó Beth, porque cuando le preguntó su nombre, la niña (que sin duda ya sabía hablar y no aparentaba más de un año) contestó: "B-e-t-h". Esa fue una de sus primeras palabras. Su propio nombre. Beth desarrolló una fuerte amistad con todos los niños, especialmente con una niña llamada Megan ("Meg", como Beth la llamaba de cariño dado que ella consideraba su nombre demasiado normal y demasiado de "niña caprichosa"). Meg y ella siempre fueron buenas amigas, íntimas, podría decirse incluso. Ella siempre fue muy hiperactiva, alegre, a cada rato estaban regañándola por sus "maldades". Hasta que llegó el día en el que una pareja de recién casados, que habían pasado mucho tiempo juntos y no había podido tener hijos, llegó al orfanato.

Enseguida adoraron a Beth, una niña de diez años, enérgica y simpática. Sin embargo, ella no se sorprendió. Hacía poco que, tras ver como su mejor amigo Jonathan "Johnny" era adoptado por una familia llamada Price. Desde entonces, ella puso todo su esfuerzo en que la adoptaran, pues desde niña siempre soñó con ello, pero no se atrevía a revelarlo para no lastimar a Meg.

Ella poco después descubrió el increíble secreto de los Krauss, que su padre no era un empleado cualquiera: era un poderoso empresario a nivel mundial. Sin embargo, su felicidad dura poco, pues empezó a tener dificultades con su personalidad ligeramente explosiva y terminó agrediendo sin querer a una compañera del colegio, rompiéndole la nariz al defender a su amigo Johnny, con quien se había reencontrado luego de haber llegado a ese colegio. Sus padres decidieron trasladarla a un colegio de verano llamado St. Charles, según ellos, para que ella pudiera "reflexionar acerca de su comportamiento", conociendo lo estricto que se había vuelto aquel famoso campamento y, además, se relacionase con más chicos de su edad. Esta oportunidad no fue desaprovechada, Beth se dedica a hacer desastres por todo el colegio y ella, junto a su nuevo mejor amigo Jasper Nevae, son conocidos como los "indomables" del reformatorio. Incluso podría decirse que los profesores han decidido rendirse por sus travesuras, no podían hacer nada, al fin y al cabo. Pero de todos modos, Beth puede llegar a ser realmente muy astuta, no la han atrapado en ninguna de las ocasiones. Se unió a los músicos, no obstante, pues siempre le había gusto animar.

Actualmente, Beth es una chica alegre, divertida y atrevida, una música y a mucho orgullo, y los profesores ya ni se molestan en castigarla. No por nada, es una famosa y orgullosa indomable, ¿no? Y sobre todo, cuando Jazz (como ella llama a Jasper de cariño) y Johnny está cerca y que se ha reencontrado con Meg...