Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 16 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 16 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 49 durante el Sáb Oct 12, 2024 12:28 pm
Cedric A. Feldman | ID
2 participantes
Página 1 de 1.
Cedric A. Feldman | ID
Cedric A. Feldman
→ Nombre completo: Cedric Allistair Feldman → Apodo: Ced, sobre todo → Edad: 19 años → Fecha de nacimiento: 4 de noviembre → Orientación sexual: Homosexual → Grupo: Deportistas → Nacionalidad: Americano |
Personalidad
Parece que todo lo que pasa a su alrededor es una broma. O, al menos, él se lo toma como tal. Es como si viviera en un chiste constante, como si nada serio pudiera alterar jamás la conciencia bromista del joven. Ya puede estar en la situación mas seria del mundo, que a él le seguirá pareciendo un chiste. Eso si, algo malo. Es por ese motivo por el cual se ha ganado a lo largo de su vida muchos enemigos. “Inmaduro” es la palabra que mas veces ha resonado en su cabeza proveniente de los demás, que consideran que ya debería empezar a aparcar esas actitudes infantiles que a veces muestra. Pero él no lo hace, porque poco le importan en realidad los demás ni lo que piensen de él. Solamente su propia percepción de si mismo le va a importar. No se va a deprimir porque alguien le diga que es un estúpido o un idiota: mientras no se lo diga él mismo, entonces no hay nada de lo que preocuparse. Y esa es otra de las facetas suyas: la despreocupación total por las cosas de la vida. Va por la vida como si ésta fuera lo más maravilloso del mundo, como si nada ni nadie pudiera arrebatar la luz a un mundo que no se ha dado cuenta que se ha vuelto gris, o quizá es que no quiere darse cuenta de ello. Bromista, abierto, siempre se le podrá ver con una sonrisa afable y encantadora en la boca, es alguien que destila una luz propia por todos los poros de su piel.
Pero en realidad, todas esas bromas y ese sentimiento positivo que inculca a todas sus acciones no son más que pura fachada, una máscara para ocultar un interior devastado por la tristeza y por el dolor. Hay veces que incluso cuando sonríe no puede ocultar la tristeza que subyace en su interior, y sus ojos aparecen con una expresión triste que contrasta con la sonrisa que forman sus labios. No le gusta estar a menudo solo con sus pensamientos, porque cuando está con otra persona puede fingir y parecer una persona feliz y encantadora, pero cuando no lo está, nada le impide mostrar la cara que jamás le muestra a nadie, la cara del chico triste e inseguro que subyace en su interior y que cubre ante los ojos de los demás con capas de aparente seguridad en si mismo y bromas de todo tipo. Conocer a este chico es muy difícil, porque esa faceta suya es la que él considera como una debilidad, y no quiere verse así de ninguna de las maneras. En su mente, se ha dibujado a si mismo como alguien que debe proteger a los demás, no ser protegido, y por ende no deja que nadie penetre en su duro caparazón, porque si lo hacen, descubrirán que no es alguien tan fuerte como habrían podido pensar en un principio. Y entonces, si no es fuerte, se convierte en alguien débil, alguien a quien hay que proteger de todos los males que asolan la tierra. Pero no, él no quiere ser así: quiere ser quien protege, no el protegido. A pesar de ello, no podrás decir que lo conoces si jamás lo has visto de esa manera, si nunca lo has visto triste, abatido, inseguro.
Es una persona de lo más inteligente, aunque a veces deja que otros piensen que no es así, solamente porque le conviene que piensen que solo en un chico descarriado y tonto que hace las cosas que hace porque su cerebro no le da para más. Pero si que le da, ya lo creo. Puede mantener la mente fría hasta el las mas extremas situaciones, y tiene una gran capacidad de planificación. Siempre tiene que estar planeándolo todo, desde que se levanta hasta que se acuesta, es un maniático del orden, algo que contrasta profundamente con la apariencia de persona descarriada que había mostrado anteriormente. Curiosamente, no todo en él es tan ordenado: suele llevar un calcetín de cada color, diciendo que así le traerá suerte, aunque en realidad no se lo cree: es un chico de ver para creer, y si existe, más vale que lo vea con sus propios ojos, porque de lo contrario no pensará que nada de aquello es verdad. Sabe también como conseguir aquello que quiere, y si tiene que recurrir al engaño para hacerlo, no dudes ni un segundo en que lo hará. Mentirá, y tú te lo creerás, porque lo hará tan bien que no te quedará mas remedio que pensar que lo que dice es verdad.
Vive sus emociones al máximo. No simplemente ama u odia, sino que si te ama, te amará profundamente, y si te odia, lo hará con todo su corazón. Para él no hay término medio en eso: no te ama solo un poquito, o te odia ahora si – ahora no. Lo que haga para ganarse su confianza definirá para siempre como le caerá la otra persona en gracia, y si alguien le da motivos para odiarlo, lo odiará siempre. Sus sentimientos son fijos: te odia, pues te odia. Y ya está. Y si te ama, lo hace, sin medias tintas entre una cosa y otra. En esas ocasiones te puedes dar cuenta de lo burro que puede llegar a ser solo por las cosas que es capaz de soltarte, nada de lindezas o de suavizar sus palabras para que no confundan o hagan daño. Solamente dice las cosas como las siente, no por maldad, sino porque piensa que no deben afectar las cosas que se dicen a los demás, y como a él no le afecta lo que digan de él, lo aplica a todo el mundo.
Le entusiasma todo aquello que le haga sentirse vivo, dentro de las normas de la salud, claro. Cosas como montar en un automóvil yendo a toda velocidad, saltar desde lo alto de una montaña para hacer puenting, o el simple hecho de cazar le da una satisfacción personal que no podría dársela ninguna otra cosa en el mundo. Es un adicto al peligro, y cuanto más de éste haya en su camino, tanto mejor. Siempre suele decir que la vida es demasiado corta como para dejase llevar por el miedo, y siguiendo su propio consejo, nunca se deja dominar por él, y por ende, siempre suele vérsele haciendo toda esa clase de cosas por las que la gente normal le llaman “loco”. Pero la normalidad es tan aburrida…. Nunca desea la normalidad en su vida, siempre quiere algo distinto, experimentar, probar, equivocarse e intentarlo de nuevo porque esa es la única manera de aprender algo. El método de ensayo-error siempre ha sido su filosofía, y en su vida a errado tanto como éxitos ha conseguido en sus empeños. Nunca se ha desanimado por fallar, porque eso significa que al menos, lo ha intentado.
Pero en realidad, todas esas bromas y ese sentimiento positivo que inculca a todas sus acciones no son más que pura fachada, una máscara para ocultar un interior devastado por la tristeza y por el dolor. Hay veces que incluso cuando sonríe no puede ocultar la tristeza que subyace en su interior, y sus ojos aparecen con una expresión triste que contrasta con la sonrisa que forman sus labios. No le gusta estar a menudo solo con sus pensamientos, porque cuando está con otra persona puede fingir y parecer una persona feliz y encantadora, pero cuando no lo está, nada le impide mostrar la cara que jamás le muestra a nadie, la cara del chico triste e inseguro que subyace en su interior y que cubre ante los ojos de los demás con capas de aparente seguridad en si mismo y bromas de todo tipo. Conocer a este chico es muy difícil, porque esa faceta suya es la que él considera como una debilidad, y no quiere verse así de ninguna de las maneras. En su mente, se ha dibujado a si mismo como alguien que debe proteger a los demás, no ser protegido, y por ende no deja que nadie penetre en su duro caparazón, porque si lo hacen, descubrirán que no es alguien tan fuerte como habrían podido pensar en un principio. Y entonces, si no es fuerte, se convierte en alguien débil, alguien a quien hay que proteger de todos los males que asolan la tierra. Pero no, él no quiere ser así: quiere ser quien protege, no el protegido. A pesar de ello, no podrás decir que lo conoces si jamás lo has visto de esa manera, si nunca lo has visto triste, abatido, inseguro.
Es una persona de lo más inteligente, aunque a veces deja que otros piensen que no es así, solamente porque le conviene que piensen que solo en un chico descarriado y tonto que hace las cosas que hace porque su cerebro no le da para más. Pero si que le da, ya lo creo. Puede mantener la mente fría hasta el las mas extremas situaciones, y tiene una gran capacidad de planificación. Siempre tiene que estar planeándolo todo, desde que se levanta hasta que se acuesta, es un maniático del orden, algo que contrasta profundamente con la apariencia de persona descarriada que había mostrado anteriormente. Curiosamente, no todo en él es tan ordenado: suele llevar un calcetín de cada color, diciendo que así le traerá suerte, aunque en realidad no se lo cree: es un chico de ver para creer, y si existe, más vale que lo vea con sus propios ojos, porque de lo contrario no pensará que nada de aquello es verdad. Sabe también como conseguir aquello que quiere, y si tiene que recurrir al engaño para hacerlo, no dudes ni un segundo en que lo hará. Mentirá, y tú te lo creerás, porque lo hará tan bien que no te quedará mas remedio que pensar que lo que dice es verdad.
Vive sus emociones al máximo. No simplemente ama u odia, sino que si te ama, te amará profundamente, y si te odia, lo hará con todo su corazón. Para él no hay término medio en eso: no te ama solo un poquito, o te odia ahora si – ahora no. Lo que haga para ganarse su confianza definirá para siempre como le caerá la otra persona en gracia, y si alguien le da motivos para odiarlo, lo odiará siempre. Sus sentimientos son fijos: te odia, pues te odia. Y ya está. Y si te ama, lo hace, sin medias tintas entre una cosa y otra. En esas ocasiones te puedes dar cuenta de lo burro que puede llegar a ser solo por las cosas que es capaz de soltarte, nada de lindezas o de suavizar sus palabras para que no confundan o hagan daño. Solamente dice las cosas como las siente, no por maldad, sino porque piensa que no deben afectar las cosas que se dicen a los demás, y como a él no le afecta lo que digan de él, lo aplica a todo el mundo.
Le entusiasma todo aquello que le haga sentirse vivo, dentro de las normas de la salud, claro. Cosas como montar en un automóvil yendo a toda velocidad, saltar desde lo alto de una montaña para hacer puenting, o el simple hecho de cazar le da una satisfacción personal que no podría dársela ninguna otra cosa en el mundo. Es un adicto al peligro, y cuanto más de éste haya en su camino, tanto mejor. Siempre suele decir que la vida es demasiado corta como para dejase llevar por el miedo, y siguiendo su propio consejo, nunca se deja dominar por él, y por ende, siempre suele vérsele haciendo toda esa clase de cosas por las que la gente normal le llaman “loco”. Pero la normalidad es tan aburrida…. Nunca desea la normalidad en su vida, siempre quiere algo distinto, experimentar, probar, equivocarse e intentarlo de nuevo porque esa es la única manera de aprender algo. El método de ensayo-error siempre ha sido su filosofía, y en su vida a errado tanto como éxitos ha conseguido en sus empeños. Nunca se ha desanimado por fallar, porque eso significa que al menos, lo ha intentado.
Historia
El nacimiento es el principio de esta historia, como supongo que lo es de todo. Un pequeño bebé lloraba desconsoladamente en los brazos de su agotada madre. ¡Y sip, esa cosa llorosa y pequeña es quien luego se convertiría en el Cedric que veis hoy! Curioso, ¿eh? Su madre estaba dividida emocionalmente. Por una parte, estaba feliz. Porque era su hijo, porque lo quería desde la primera vez que lo había visto. Por otra parte, estaba asustada. Porque ella, una chica demasiado joven como para ser madre, estaba sola para cuidar a ese crío. El padre de la criatura ya había renunciado a toda la responsabilidad sobre él, puesto que lo que él quería no era pasarse los años que le quedaban de juventud cuidando de un niño, sino siendo un adolescente mas que vivía una vida despreocupada. Ni siquiera existían unos abuelos que le apoyaran, puesto que éstos ya le habían dejado claro que si tenía ese bebé, ya podía largarse por esa puerta y no volver jamás. Y ella lo hizo.
Bueno, los siguientes años de su vida son algo anodinos. Que más se puede decir, si era un bebé: lloraba, comía y dormía. ¿A quien le interesa esta parte de la historia? Cedric permanecía ajeno al trabajo que tenía que realizar su joven madre para sacarlo a delante sola, pero ella lo hizo. Trabajó como una mula para que ni a ella ni a su hijo les faltara nunca de nada, y pasaba los pocos ratos libres que su trabajo le dejaba para pasarlos con su hijo. Tampoco era una mala vida.
Como todo, los años van pasando, y las cosas, queramos o no, cambian. A los 10 años, Cedric ya había mostrado una inteligencia mayor que los demás de su edad, aunque no prestaba tanta atención a ésta como a su vida deportiva. Si, ahí fue donde empezó el gusto por el muchacho por el deporte: raro era el día que no venía a casa con las rodillas peladas, la ropa manchada de barro o hierba o heridas en brazos o piernas debido a esas actividades deportivas. Todo era bonito, todo estaba bien. Bueno, no todo. Aunque Cedric estaba bien como estaba, su madre seguía siendo una mujer joven y guapa, con sus propias necesidades. Por eso no tardó en encontrar una pareja para ella misma.
Él era perfecto. Tan solo un par de años mayor que ella, apuesto, educado, amable. En seguida tomó amistad con el joven Cedric, y no solo por los méritos propios del hombre, sino por la muchachita que lo acompañaba. La pequeña niña, que, algunos años después, se convertiría en su hermanastra: Lucy. Ella era como una luz, siempre contenta, riendo, saltando y haciendo de las suyas. Cedric la quiso casi desde el primer momento en el que la vio. Al fin y al cabo, era su hermana. Tenía que quererla. En su mente, Cedric se hizo su guardaespaldas personal, cuidando sus pasos siempre que podía. Hasta que no pudo.
Años y años pasaron, y la nueva familia se volvió mas unida que nunca. Estaban mamá, papá e incluso una hermanita. Todo era bonito, diversión, paz, amor y el plus pal salón. Cedric superó el colegio con muy buenas notas, al igual que hizo cuando entró en el instituto. Ahí consiguió una plaza en el equipo de rugby, aunque desde luego ese no era el único deporte que practicaba. La adolescencia, como para todo el mundo, fue para él un momento de cambios. Hormonas, alcohol, fiesta, decepciones, experimentación...nada que no pase en ninguna adolescencia normal.
Pero su madre no estaría para verlo graduarse en el instituto. No vería como la gente reverenciaba el nombre de su hijo. Nunca se lo había dicho a nadie, pero años atrás, le habían diagnosticado una grave enfermedad, y se estaba llegando a su final. Al final que costaba su vida. Semanas y semanas, la pequeña familia estuvo las 24 horas del día en un hospital, sin separarse un minuto de la mujer que los había unido a todos. Pero no podían hacer nada por ella, y el destino hizo lo que mejor se le da: separar a las personas. Ella los dejó, dejando un vacío intenso en el corazón de todo el mundo, pero sobre todo de Cedric. Aquella mujer que lo había dado todo por él, ahora ya no estaba. Era injusto. Pero las sorpresas todavía no habían acabado, y la muerte todavía no había terminado de acechar a la familia, puesto que, unos meses después, tuvieron que dedicar otra despedida, ésta vez a la joven hermanastra de Cedric. Siempre le habían dicho que no se montara en coches con chicos. No porque fuera mortal para ella, sino porque, ya sabéis, dos personas pueden hacer muchas cosas en un coche, y no todas ellas buenas. Sin embargo, ella muchas veces hacía oídos sordos a esas recomendaciones. Y entonces, cuando ella pensaba que simplemente un chico le iba a llevar a un sitio interesante...puf. Choque frontal. Ninguno de los ocupantes pudo sobrevivir.
Tantas muertes y tanta pérdida mellaron en la familia. Los cambiaron completamente. Ya solo quedaba la representación masculina de la familia, aunque no estaban tampoco para celebraciones. Se habían convertido en una familia rota. No hablaron mucho a partir de ese momento: el dolor cegaba a ambos e impedía que la buena relación que habían tenido hasta el momento saliera a flote. Unas pocas palabras corteses salían de sus labios si eso era necesario, pero nada mas. Y, en el verano, cuando el campamento de verano volvió a abrir sus puertas, Cedric se obligó a ir. Se obligó a ponerse una máscara, a ser como su hermana, la feliz y risueña, para que nadie notara la diferencia, para poder vivir en paz. No era la primera vez que acudía a ese campamento, pero si que notaba que esa vez, era diferente. Esa vez no tendría a su pequeña hermanita tirando de su manga para pedirle que volviera pronto a casa, ni a su madre animándole a pasarlo bien. Ahora estaba solo.
Bueno, los siguientes años de su vida son algo anodinos. Que más se puede decir, si era un bebé: lloraba, comía y dormía. ¿A quien le interesa esta parte de la historia? Cedric permanecía ajeno al trabajo que tenía que realizar su joven madre para sacarlo a delante sola, pero ella lo hizo. Trabajó como una mula para que ni a ella ni a su hijo les faltara nunca de nada, y pasaba los pocos ratos libres que su trabajo le dejaba para pasarlos con su hijo. Tampoco era una mala vida.
Como todo, los años van pasando, y las cosas, queramos o no, cambian. A los 10 años, Cedric ya había mostrado una inteligencia mayor que los demás de su edad, aunque no prestaba tanta atención a ésta como a su vida deportiva. Si, ahí fue donde empezó el gusto por el muchacho por el deporte: raro era el día que no venía a casa con las rodillas peladas, la ropa manchada de barro o hierba o heridas en brazos o piernas debido a esas actividades deportivas. Todo era bonito, todo estaba bien. Bueno, no todo. Aunque Cedric estaba bien como estaba, su madre seguía siendo una mujer joven y guapa, con sus propias necesidades. Por eso no tardó en encontrar una pareja para ella misma.
Él era perfecto. Tan solo un par de años mayor que ella, apuesto, educado, amable. En seguida tomó amistad con el joven Cedric, y no solo por los méritos propios del hombre, sino por la muchachita que lo acompañaba. La pequeña niña, que, algunos años después, se convertiría en su hermanastra: Lucy. Ella era como una luz, siempre contenta, riendo, saltando y haciendo de las suyas. Cedric la quiso casi desde el primer momento en el que la vio. Al fin y al cabo, era su hermana. Tenía que quererla. En su mente, Cedric se hizo su guardaespaldas personal, cuidando sus pasos siempre que podía. Hasta que no pudo.
Años y años pasaron, y la nueva familia se volvió mas unida que nunca. Estaban mamá, papá e incluso una hermanita. Todo era bonito, diversión, paz, amor y el plus pal salón. Cedric superó el colegio con muy buenas notas, al igual que hizo cuando entró en el instituto. Ahí consiguió una plaza en el equipo de rugby, aunque desde luego ese no era el único deporte que practicaba. La adolescencia, como para todo el mundo, fue para él un momento de cambios. Hormonas, alcohol, fiesta, decepciones, experimentación...nada que no pase en ninguna adolescencia normal.
Pero su madre no estaría para verlo graduarse en el instituto. No vería como la gente reverenciaba el nombre de su hijo. Nunca se lo había dicho a nadie, pero años atrás, le habían diagnosticado una grave enfermedad, y se estaba llegando a su final. Al final que costaba su vida. Semanas y semanas, la pequeña familia estuvo las 24 horas del día en un hospital, sin separarse un minuto de la mujer que los había unido a todos. Pero no podían hacer nada por ella, y el destino hizo lo que mejor se le da: separar a las personas. Ella los dejó, dejando un vacío intenso en el corazón de todo el mundo, pero sobre todo de Cedric. Aquella mujer que lo había dado todo por él, ahora ya no estaba. Era injusto. Pero las sorpresas todavía no habían acabado, y la muerte todavía no había terminado de acechar a la familia, puesto que, unos meses después, tuvieron que dedicar otra despedida, ésta vez a la joven hermanastra de Cedric. Siempre le habían dicho que no se montara en coches con chicos. No porque fuera mortal para ella, sino porque, ya sabéis, dos personas pueden hacer muchas cosas en un coche, y no todas ellas buenas. Sin embargo, ella muchas veces hacía oídos sordos a esas recomendaciones. Y entonces, cuando ella pensaba que simplemente un chico le iba a llevar a un sitio interesante...puf. Choque frontal. Ninguno de los ocupantes pudo sobrevivir.
Tantas muertes y tanta pérdida mellaron en la familia. Los cambiaron completamente. Ya solo quedaba la representación masculina de la familia, aunque no estaban tampoco para celebraciones. Se habían convertido en una familia rota. No hablaron mucho a partir de ese momento: el dolor cegaba a ambos e impedía que la buena relación que habían tenido hasta el momento saliera a flote. Unas pocas palabras corteses salían de sus labios si eso era necesario, pero nada mas. Y, en el verano, cuando el campamento de verano volvió a abrir sus puertas, Cedric se obligó a ir. Se obligó a ponerse una máscara, a ser como su hermana, la feliz y risueña, para que nadie notara la diferencia, para poder vivir en paz. No era la primera vez que acudía a ese campamento, pero si que notaba que esa vez, era diferente. Esa vez no tendría a su pequeña hermanita tirando de su manga para pedirle que volviera pronto a casa, ni a su madre animándole a pasarlo bien. Ahora estaba solo.
Otros Datos
Gustos:
+Las motos, poniéndolas a toda velocidad, así como todo aquello que haga que su corazón se desboque, en otras palabras: el peligro. Es su adicción.
+Las fiestas y la buena música, entre la que no falta nunca algo del género clásico, aunque los que lo conocen poco dirán que es imposible que ese tipo de música le guste.
+El deporte, no verlo, ya que eso es demasiado aburrido, sino practicarlos. Sobre todo le gustan los de contacto, como el rugby, el boxeo o el fútbol.
+Hacer el vago. Aunque realmente sea un amante del peligro, ha encontrado un delicado equilibro entre hacer el cabra al borde de la muerte y estar todo el día haciendo el vago.
+Aunque nadie lo diría, tocar el piano. Aprendió cuando era mas pequeño y no ha dejado de hacerlo hasta el momento, aunque eso no es de dominio público porque podría perjudicar su reputación.
Disgustos
-Acatar ordenes no es que le vuelva demasiado loco
-La rutina y lo predecible
-Las películas románticas, vamos, eso si que no lo soporta. Antes hace puenting sin cuerda por el precipicio mas alto del mundo que ver algo tan empalagoso como eso.
-Los gatos, ya que cuando era muy pequeño tenía uno, y siempre se encargaba de arañarlo. Desde entonces, les tiene mucha manía.
-Los payasos. Si quieres asustarlo de verdad, mas vale que le enseñes uno. Les teme desde que vio de pequeño la película "It".
-El marisco, al que es alérgico.
+Las motos, poniéndolas a toda velocidad, así como todo aquello que haga que su corazón se desboque, en otras palabras: el peligro. Es su adicción.
+Las fiestas y la buena música, entre la que no falta nunca algo del género clásico, aunque los que lo conocen poco dirán que es imposible que ese tipo de música le guste.
+El deporte, no verlo, ya que eso es demasiado aburrido, sino practicarlos. Sobre todo le gustan los de contacto, como el rugby, el boxeo o el fútbol.
+Hacer el vago. Aunque realmente sea un amante del peligro, ha encontrado un delicado equilibro entre hacer el cabra al borde de la muerte y estar todo el día haciendo el vago.
+Aunque nadie lo diría, tocar el piano. Aprendió cuando era mas pequeño y no ha dejado de hacerlo hasta el momento, aunque eso no es de dominio público porque podría perjudicar su reputación.
Disgustos
-Acatar ordenes no es que le vuelva demasiado loco
-La rutina y lo predecible
-Las películas románticas, vamos, eso si que no lo soporta. Antes hace puenting sin cuerda por el precipicio mas alto del mundo que ver algo tan empalagoso como eso.
-Los gatos, ya que cuando era muy pequeño tenía uno, y siempre se encargaba de arañarlo. Desde entonces, les tiene mucha manía.
-Los payasos. Si quieres asustarlo de verdad, mas vale que le enseñes uno. Les teme desde que vio de pequeño la película "It".
-El marisco, al que es alérgico.
© Wildness
Cedric A. Feldman- Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 05/03/2013
Localización : Behind the musgo
Re: Cedric A. Feldman | ID
Ficha Aceptada
¡Bienvenido a Summer Camp! Procura ser activo y diviértete (:
Indigo S. Ekström- Mensajes : 336
Fecha de inscripción : 15/02/2012
Edad : 32
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Oct 10, 2013 4:51 pm por Invitado
» sailor star afiliacion elite
Lun Jul 08, 2013 12:27 pm por Invitado
» Afiliación normal: Grimmauld Place, 12. Foro nuevo, Harry Potter
Vie Mayo 10, 2013 6:41 am por Invitado
» {Arcadia Academy} |Foro +18| -Afiliación Normal-
Lun Abr 22, 2013 5:45 pm por Invitado
» Boston University[+18] FORO NUEVO, se necesitan cannos- NORMAL
Sáb Abr 20, 2013 1:31 am por Invitado
» Registro de Avatar
Jue Abr 18, 2013 2:59 pm por Agata Leonard
» Twilight Generation (NORMAL)
Dom Abr 07, 2013 2:44 pm por Invitado
» Las Dos Caras {Afiliación Elite}
Miér Abr 03, 2013 7:52 pm por Invitado
» Cane Hill +18 {Ex GD - Cambio de botones} Elite
Mar Abr 02, 2013 12:49 pm por Invitado