Whispers in the Sunrise {Maureen}

Pateo suavemente la ramilla quemada, que produce el ruido leve de un chasquido y se parte a la mitad en cuanto mi zapato se la lleva puesta. Me aparto los mechones de cabello que se sueltan de mi improvisada cola de caballo para ver mejor el césped que rodea la apagada fogata, que aún mantiene los escombros del fuego que han encendido anoche a pesar de haber corrido las horas. Me agacho y revuelvo un poco la tierra, pero como no hay ni rastro de lo que estoy buscando, chasco la lengua que reprime el impulso de un bufido molesto. Me vuelvo a incorporar, sacudiendo mis manos para sacarme la suciedad y miro a mí alrededor.

He aprendido a aprovechar las mañanas en el campamento, porque generalmente es la hora en la que los campistas que se desvelan, que son casi todos, se la pasan durmiendo y yo puedo usar el tiempo para estar a solas. No deben pasar de las nueve y el sol tiñe el pequeño círculo de las fogatas con una luz cálida y suave, de aquella que me gusta para tomar fotografías aunque en éste momento no tengo más que la cámara de mi móvil que tiene una resolución muy penosa. Vuelvo a barrer el suelo con un pie, esperanzada de que aparezca mi objeto perdido, pero termino de convencerme de que no está más aquí. Supongo que cualquiera que vio un encendedor en medio de la noche, le pareció adecuado tomarlo del suelo; no debería importarme, pero es aquel que le robé a Theo la noche en que lo conocí y, en cierto modo, es una de las pocas cosas que guardo desde antes de ser una Romanov.

Suspiro y me dejo caer sobre un tronco caído, de aquellos que suelen utilizar para que todos se sienten a cantar canciones cursis. Reprimo los deseos de fumar un cigarro y oculto la cabeza entre las rodillas, escuchando el canto de los pájaros madrugadores y el sonido de mi propia respiración. Comienzo a contar mis latidos con tal de hacer algo y llenar el hueco de mis pensamientos. Un latido. Dos latidos. Tres latidos. Una pisada. Levanto la cabeza de inmediato y me volteo, encontrándome con la blonda cabellera que, al recuperarme del sobresalto inicial, me roba una sonrisa - Me encontraste. Y yo que creía ser la única arriba a estas horas...

Era de mañana, se que suena raro que yo este despierta a esta hora…si es muy raro. Pues la respuesta es simple. Dormí casi toda la tarde saltándome algunas actividades del campamento, simplemente por que quería.. y ahora tenia mucho tiempo para estar despierta porque me levante a las 6 de la mañana y me quede largo rato mirando el techo de la habitación pensando cosas, cosas que hace tiempo no pensaba…como como debe estar mi madre en estos momentos, en que lugar, o ahora desaparecido …bueno muchos pensamiento que dan ganas de meter la cabeza a inodoro dos veces y sacarla una.

Para dejar de pensar se me ocurrió ir a caminar por las fogatas para relajarme, fui con mi celular y unos auriculares para ir escuchando música y cantando a la ves.
Me levante de la cama lentamente, para que no sonara el colchón ya que mis compañeros de habitación estaban durmiendo. Tome las primeras prendas de vestir que encontré que fueron una camisa y unos shorts con unas botas estilo militar que tenia.
Salí por la puerta con el sonido rechínate de ella cerrándose. En estos momentos me sentía como vampiros, era muy temprano y el cielo tan claro hizo que mis ojos prácticamente se derritieran.
Paso a paso se me normalizaban los ojos o mejor dicho la vista. Le puse play a mi música del celular y comencé a cantar por mientras que caminaba, una canción llamada “afortunadamente no eres tu” que no me acuerdo como llego a mi celular pero la cantaba.

Cuando llegue a la playa se me comenzaron a hundir los pies y caminaba rarito cada paso así que me saque las botas y camine un poco de puntillas al principio para luego acostumbrarme a la textura de la arena. Comencé a caminar campantemente con las botas en una mano por mientras que cantaba a todo volumen...hasta que en la distancia vi a una chica de cabellera castaña que estaba con la cabeza entre las piernas o algo así…bueno no se puede diferenciar bien de distancias.
Me acerque a ella rápidamente pero cuando me quedaban pasitos camine lentamente como clásica ladrona de dibujos, algo así como en puntillas de pies. Pero por mala suerte me vio cuando me acercaba porque se dio vuelta. Así que se me ocurrió la brillante idea de cubrirme tras mi pelo…si exacto agarre mi pelo y me lo puse en la cara después de unos segundos de que ella me vio, parecía el tío cosa rubio platinado.
-Exacto no eres la única, por mala suerte me desperté temprano- le comente para luego sacarme el pelo de la cara- sé que fue raro lo que hice.
La quede mirando por un momento… su cara me parecía conocida, y así lo era la había conocido en una de las fiestas improvisadas que hacían en las habitaciones, era conocida de una amiga de un amigo, suena muy enredado pero era verdad… me había quedado hablando con ella ese día, recuerdo que fue una de las personas que mas me llamaron la atención. Ella muy atractiva a la vista blanca con pelo castaño que resaltaba su color de ojos.
-Tu eres la chica de la fiesta-le dije un poco emocionada, ni idea porque-ahora que me doy cuenta no te dije mi nombre ese día… emmm pues, mucho gusto, me llamo Maureen pero dime Mau, así me dicen los cuates –comente para luego reírme-siempre quise decirlo así…lo había escuchado en pelis mejicanas-me reí para luego quedarla mirando un rato y pensar en que rayos hacia a estas horas levantadas.
-Por que estas despierta a esta hora y en la playa, a menos que no hayas dormido o simplemente eres un ser marino-comente seriamente para luego reírme.