Necesitamos hablar {Maureen}

Me quité mi delantal y salí de la cocina lo más rápido que pude al saber que Maureen estaba en su habitación. No había pedido permiso para alejarme de las obligaciones que tenía pero necesitaba hablar algunas cosas con mi rubia. Tenía que ser lo más breve que podía sino Michael iba a matarme, por eso casi me escabullí para que no me notara.

Casi corriendo entré en el edificio y subí las escaleras hacia las habitaciones de los rebeldes, más específicamente en la de Maureen. Me crucé con Camille, Annabeth y Steve pero no tuve tiempo de detenerme a hablar con ellos, tenía que volver lo antes posible a la cocina.

Llegué al cuarto de Maureen y golpeé la puerta apresurada. ― Soy yo, Maurita. Ábreme rápido que si me echan de la cocina será tu culpa, rubia.― reí levemente y esperé a que abriera la puerta, preguntándome si se encontraba alguno de sus compañeros de cuarto con ella aunque si estaba Had me gustaría saludarla también. ― ¿Por qué tardas tanto? ¿Estás en el baño?

Estaba tranquilamente durmiendo en mi cama , ya que ni Had y Ash estaban en la habitación, podía dormir pacíficamente. Pero algo me despertó un sonido en la ventana que era el de una rama chocándose con la ventana, pegue un salto que casi me hizo salir de la cama...bueno no tanto , pero digamos que si.
Como por el susto me iba a costar quedarme dormida de nuevo decidí ir a bañara . Agarre mis toallas rojas y un short deportivo negro que tenia y una remera con la bandera de Irlanda, la cual me había mandado mi padre para recordar a mi patria y unas sandalias rojas que me había regalado mi abuela para que no estuviera siempre de negro...lo que ella no sabia es que también me gustaba el rojo , así que fue un tiro por la culata.
M e fui a bañar como por 45 minutos y ya me iba a quedar mas rato bajo la ducha si es que no hubiera escuchar una voz conocida llamando a la puerta.
-Ya voy- grite lo mas fuerte que pude y me vestí rápidamente pero quede con todo el pelo mojado asi que enrolle la toalla en mi cabeza como un turbante y fui a atenderla. y justo alcance a escucharla decir que porque me demoraba tanto , si es que estaba en el baño... dios había adivinado...ya me conocía. Abri la puerta y asome la cabeza para luego abrirla completa.
-Si estaba en el baño sacándome la mugre- le comente riéndome- hola mi Maddy - le dije abriendo los brazos para que em abrazara. Antes de que ella se acercara a mi para abrazarme le pregunte-¿Y que haces aquí?-dije para luego mirar el reloj-no debieras estar en clases de cocina preparándome algo para comer como buena esposas que sos-termine lo dicho riéndome un poco.

Apenas la vi abrir la puerta le sonreí de lado aunque un tato burlona. Me causaba gracia que había adivinado lo que estaba haciendo sin la verdadera intención de dar en el blanco. Resultaba curioso pero no dije nada al respecto.

Escuché sus comentarios burlescos y se acerqué para darle un abrazo. Era un poco más alta que yo, en realidad, todas eran más altas que yo pero daba igual, con un par de tacones se arreglaba el asunto. ― No soy tu empleada Mau.― le dije aún rodeándola con mis brazos pero luego pensé mejor en lo que acababa de decir. Yo trabajaba en St Charles, y Mau pagaba el campamento por lo tanto... yo vendría a ser su empleada ¿o no? Dejé mis estupideces a un lado y entré en la habitación y me senté en su cama sin pedir permiso -ya había estado varias veces ahí-. No estaba ni Ash y Had, bien. Podríamos hablar tranquilas.

― Vengo a hablar contigo.― apoyé mis manos en mis faldas y la observé. Estaba sin maquillaje, como casi nunca la veía y de igual forma se veía genial. Tenía un rostro sereno y dulce, no parecía la misma rebelde que conocía. ― Quiero que me digas quién es.― le pedí directamente sin rodeos. Mau sabía que no aguantaba las ideas y vueltas, era más directa. ― Estás rara y eso se nota muy rápido, al meno yo me doy cuenta y sabes a lo que me refiero, Maurita.― le dije rápidamente con un toque se seriedada mezclado con exigencia. Era mi amiga, me tenía que contar si estaba con alguien o esas cosas, si estaba enamorada de alguien. Yo tenía saberlo!

Ella recibió mi abrazo enseguida y comento que no era mi empleada y enseguida me rei y le comente cuando ella iba dirigiendo se adentro de la habitación.
-No eres mi empleada, como se te ocurre eres mi esposa- le comente riéndome.
Ella se sentó en mi cama la cual por suerte no había desordenado y me quedo mirando y dijo que venia a hablar conmigo. Eso significaba una o varias cosas...me había mandado una metida de pata y no me entere, andaban diciendo cosas de mi en el campamento o no se ...alguna cosa importante para que alla salido de la cocina y haber venido hasta aquí solo para hablar.
Cuando pronuncio la frase"quiero que me digas quien es"trague saliva... no estaba segura que me iba a decir, pero se me paso por la mente el... quizás se había dado cuenta Maddy de mis sentimientos hacia el o me noto rara...ojala que no sea eso.
Me comento que estaba rara y que se me había notado...ojala el no lo aya notado... Y dijo para terminar algo como que yo sabia a que se refería ella. pues claro que si sabia , si algunas veces en las noches no podía dormir pensando en el y que me lo tenia que sacar de la cabeza. ¡Dios! me sentía tan estúpida.
Enseguida me pare a su lado y me tire para atrás cayendo en la cama, puse los ante brazos cubriéndome los ojos y respire profundo y hable de una ves por todas para liberarme de mi secreto.
-Es el hermano de Belle...el que estaba en el hospital, pero el estaba en coma-le dije enseguida para luego sentarme bien y quedarle mirando- se que suena estúpido , porque el estaba en coma y una seguida piensa como puede ser que te quieras a alguien con el cuan ni siquiera has hablado...pues lo mismo me pregunto todas las noches- luego suspire porque me había desahogado un poco, por fin se lo había dicho a alguien.

― Si soy tu esposa tú también lo serías, por lo tanto tú debería cocinarme a mi.― le seguí el juego divertida. Maureen sabía hacerme reír, siempre tenía alguna idea loca que soltaba a la cual siempre respondía de la misma forma. Sin duda la pasábamos bien en las fiestas descontroladas que habían. Mucho más con nuestro grupo de amigos.

Su cara inmediatamente me dio a saber que yo tenía razón, una amiga no se equivocaba. La miré esperando a que hablara y se tiró en la cama dando un largo suspiro con una cara que nunca se la había visto. Sonreí instantáneamente y en cuando afirmó lo que yo pensaba no pude evitar hablar: ― ¡Lo sabía!― expresé y le seguí oyendo. ¿El hermano de Belle? Conocía a la chica de vista pero ignoraba quién fuera su hermano. Fruncí el ceño extraña y sorprendida por lo que Maureen me estaba contando ― ¿Estaba en coma? Jamás me hablaste de él, Mau.―dije con mi voz serena de siempre, y calma. No me resultaba estúpido lo que me estaba contando, sino muy curioso y romántico. Que Maureen estuviera enamorada me gustaba, y que me contara aún más, sin mencionar ue estaba orgullosa por haberme dado cuenta sola.

― No me imaginaba que alguien te conquistara tan pronto, me siento celosa.― hablé utilizando un leve tono burlón, sonriendo de manera sincera. Ah, mi Mau ya estaba hasta el cuello. Solo esperaba que le fuera bien con ese chico porque últimamente habían muchos idiotas dando vueltas.

Ella comento que lo sabia... quizás se me notaba mucho o no se... bueno la cosa es que luego comento algo sobre que estaba en coma y que nunca se lo dije.
-Maddy, no te lo podía decir , ya que es un secreto de Belle y yo le prometí que no se lo diría a nadie , pero no podía aguantar mucho el secreto si tenia que contarte de la persona de la cual me enamore-le dije ....no podía creer que le había dicho que me había enamorado de el y tampoco que esa palabra aya salido de mi boca.
Cuando comento lo de que me habían conquistado y que ella estaba celosa yo solté una pequeña sonrisa y suspire.
-Digamos que no estoy muy segura como me conquisto, simplemente bella me contaba cosas de el que me hacían admirarlo y lo cuidaba con ella, por eso algunas veces no estaba en el campamento-le comente para luego darme cuenta que comencé a morderme el labio de los nervios y me estaba haciendo daño-me quedaba algunas veces sola con el cuando Belle tenia que ir a hablar con los médicos, me quedaba mirándolo, sus ojos grises que cambiaban de color cuando habría las ventanas para que entrar los rayos del sol, sus labios ...algunas veces le hablaba y le contaba mis problemas y también le decía lo que me pasaba con el... pero claro como estaba dormido era tan difícil decirlo -comente para luego suspirar-a diferencia de si estuviera despierto que ni siquiera podría comentar algo porque los nervios me matan y el miedo...miedo al rechazo-le dije tragando saliva y dando me cuenta que estaba pensando en lo que había pasado el año pasado y en la secundaria .. y no quería escuchar un no de el.
de repente sentí algo tibio corriendo por mi mejilla, era una lagrima , ni me había dado cuenta, seguramente era por lo que había dicho y los recuerdos que vinieron a mi mente. Rápidamente me la seque con la mano y la quede mirando con los ojos medios llorosos , al darme cuenta de la lagrima correr no pude controlar el nudo en la garganta y sentí como mis ojos se iban poniendo llorosos. No quería llorar pero comenzó a salir una lagrima de mi otro ojo y caer lentamente por mi mejilla.
-Me siento tan estúpida sintiendo esto por alguien que ni siquiera me conoce y ni siquiera se si despertara-le comente intentando sonreír le y secándome la lagrima , luego tome aire he intente relajarme.

A medida que Maureen hablaba fui entendiendo todo respecto a ella y a por qué no me había contado nada antes de él. No entendía por qué era un secreto para Belle pero seguramente ella tenía sus motivos y yo no era nadie para saber de su vida, además Maureen hacía bien al mantener esa promesa.

Maureen parecía una chica dura, decidida, rebelde y arriesgada. Y lo era, pero en esos momentos me di cuenta de lo sensible que podía ser. La conocía bien pero no la había oído hablar así de alguien nunca. Sonreí ladeando un poco mi cabeza mientras tomaba un perrito de peluche que había visto sobre la cama. Noté a Mau nerviosa, mordiendo su labio como si le diera pena hablar.

Los miedos y las sensaciones que Maureen estaba describiendo las entendía pero no podía imaginarlas porque obviamente yo no había pasado por eso. No me era posible ponerme en su lugar pero comprendía lo que trataba de explicar. Suspiré como ella lo hizo y la miré expresando más seriedad, prestando más atención y tratando de contenerla con la mirada. El miedo al rechazo, el miedo a perder algo o a alguien querido... Eso sí que lo entendía muy bien, me había pasado. Y no había sensación más amarga que esa.

El corazón se me partió en dos cuanto la vi derramar esa lágrima. Primera vez también que la veía llorar por algo y tragué saliva y sus palabras por poco me hacen ponerme de la misma manera pero no era lo mejor. Me acerqué a ella y le tomé las mejillas con mis manos. ― No es estúpido. Tú no eres estúpida tampoco, Maureen.― estaba siendo completamente sincera, utilizando mi sonrisa para convencerla de ello y dar más ánimos. ― Es algo que sientes y no puedes controlar. Nada mejor señal que esa para saber que tu sentimiento es real.― hablé y limpié sus lágrimas con mis dedos para volver a sonreír. ― Ven aquí, rubia.― la abracé fuerte y le saqué la toalla que tenía en la cabeza. ― Va a despertar, ya lo verás.

Luego de aquél abrazo fuerte volví a mirarla e hice que el perrito de peluche le diera un beso en la nariz. ― Sonríe que eres hermosa, mujer.― le hablé moviendo el perrito de peluche haciendo mi voz más fina.

Me quede escuchando sus palabras de apoyo, las cuales eran que no era estúpido lo que sentía y no era estúpida por sentirlo. Maddy siempre había sido una de las amigas en las que mas confiaba y creo que fue una buena decisión desahogarme con ella. Ella me había tomado de las mejillas para que dejara de ver a mi regazo y me miro con una sonrisa amable. Comento que que era algo que no podía controlar y sentía , y eso era una prueba que era verdad. Ella me limpio las lagrimas y me abrazo, yo simplemente recibí su abrazo que me ayudaba un poco a respirar mejor...ya me había liberado de mi secreto. Luego me saco la toalla de la cabeza la cual tenia todavía y mi cabello callo en mis hombros en leves ondas..dijo que iba a despertar.
-No creo que lo haga, ha estado como 8 años dormido y no por que una chica resé por que despierte lo hará , ya toda su familia lo ha echo y no creo que por una plegaria mas despierte mágicamente- comente por mientras que la seguía abrazando.
Luego agarro u perrito de peluche que había en mi cama ...el cual creo que ella me lo había regalado porque era de siberiano y sabia que los amable hizo como si me diera un beso en la nariz el peluche y imito una voz mas fina como si hablara, dijo que sonriera porque era hermosa. Yo le sonreí por lo que había dicho y hecho ella con el peluche.
-Si , digamos que soy hermosa como dices, pero el valor es lo que me falta, el valor de enfrentar lo que vendrá y miedo a lo que me depara el destino, me encantaría que despertara y que me tomara en cuenta, pero ya estoy harta de hacerme luciones-le dije acomodándome el pelo y secándome las lagrimas antes que cayeran-ya me han lastimado varias veces por hacerme luciones tontas¿y que pasa si no soy de su agrado? ¿y si no le gusto?, ese es mi problema son las preguntas que recorren mi cabeza-dije para luego agarrar el peluche quedármelo mirando y suspirara un poco, maldito peluche tenia el mismo puto color de ojos que el.

― Qué poca fe, Lance.― murmuré mientras se me escapaba un leve sonrisa con un suspiro. Dejé de abrazarla y le entregué el peluche para que ella lo tuviera. Volteé y comencé a pasear por la habitación de forma lenta, mirando qué había de interesante aunque lo cierto era que no importaba, estaba concentrada en saber qué era lo próximo que le diría la rubia. Noté a Mau con pocas ganas, nada gracia con el asunto y no era para menos pero no me gustaba cuando hablaba de esa forma, como alguien como si no tuviera nada en qué confiar o nada más para esperar.

― Estoy segura de que es difícil, Mau. Pero al carajo con el tiempo, al carajo con lo que digan los médicos. Lo único importante es lo que creas tú. Sí él sigue ahí es por algo.―hablé sin mirarla, apoyando mis manos en un escritorio para por fin voltear a verla. ― Y con respecto a lo que acabas de decir solo puedo decirte una cosa: Quien no arriesga no gana. Y eso es algo que tú misma dices seguido, Mau.― aquello último era la pura verdad. Maureen solía utilizar esa frase con todos los inseguros que se veían por ahí y yo estaba diciendo lo mismo al verla de misma forma. Quizá no tendría mucho efecto pero, ¿qué más podía decir? ¿Armarle el cuento de hadas cuando era obvio que nadie podía saber eso o qué pasaría en un futuro? ― Esfuérzate por dejar esas inseguridades a un lado, bonita. Y no pierdas ilusiones que la mayor parte del tiempo esas ilusiones son las que nos mantienen en pie.― sonreí otra vez y me acerqué a ella para pararme en frente. Claro que no debía dar todo por perdido, a mi me había pasado una vez cuando me creí muerta entre las olas de las playas de Brasil y luego me noté despertando en el hospital con mi familia a mi lado. Valía la pena tener un poco de confianza en las creencias de uno -eso había hecho mi familia- y en las oraciones.

La quede mirando por mientras que caminaba por la habitación pensando algo a mi parecer.
Dijo que seguramente por algo no habrá despertado…eso podría significar que su cerebro ya estaba muriendo o que se estaba recuperando poco a poco, o quien sabe.
Cundo dijo las mismas palabras que una ves le dije trague saliva, tenia razón lo que decía, no iba a buscara algo que evitara que pasara , alguna cosa que me digiera que no lo haga , si no hacia nada iba a perder y ya había perdido mucho a principio del campamento.
Dijo cosas muy cierta , no se puede asegurar nada pero tengo que mantener las ilusiones que son las que me ayudan a segur respirando y mantenerme en pie. Y tengo que sacar esas malditas inseguridades que toda mi vida he tenido, dejarlas salir de una ves por todas.
-Maddy tienes razón tengo que parar se parecer una niña adolecente con problemas internos de 16 años, ya debo salir adelante y dejar de ocultar la cabeza bajo la tierra-le dije mirándola parase frente mio y yo enseguida sonreírle. Me levante para ir a un espejo que había en mi escritorio grande y sacar un cepillo para peinarme. Quede mirando en el y pensando…todas las veces que no había arriesgado había terminado mal…demasiado mal, ahora solo me tocaba esperar. Pero surgió la idea en mi ¿ que pasaba si el despertaba y le gustaba y todo, pero su personalidad o quizás el fuera muy ”atento” con las otras chicas? eso no me iba a ayudar mucho iba a sufrir mucho viéndolo coqueteando. Simplemente deje de pensar en eso y sacudí mi cabeza como una forma de imaginarme cosas.
-Lo que me depara el destino, sea lo que sea , tengo que afrontarlo y seguir adelante-comente por mientras que me miraba al espejo.

Quizá no había ayudado mucho a Maureen con mis palabras, quizá simplemente había logrado calmar un poco lo que sentía o quizá sí le había servido como un descargo porque ella misma me había comentado que nadie conocía sus sentimientos. Ahora lo sabía yo, pero me había dado cuenta sola. Estaba contenta de darme cuanta que aún seguía muy pendiente de mis amigos, como Maureen, Chris, Indi, David, Evan, Julia, Haydée, Elisse, Annabeth, entre otros nuevos. Ellos sabían que podían contar conmigo, Maddie siempre estaría ahí como yo también sabía que ellos estarían para mi siempre, a pesar de aveces querer estar sola.

Miré en silencio a Maureen y noté cómo se miraba en el espejo, tratando de asegurarse de las palabras que decía. Mi sonrisa no se apartó de mi rostro y me puse detrás de ella colocando mis manos en sus hombros, mirando junto a ella nuestro reflejo. ―Recuerda que tú escribes hoy el destino de mañana.―mi miré al espejo y me pareció ver el rostro de mi padre, el cual siempre decía esas palabras. Ahora sentía lo que él cada vez que me consolaba. No solo esa charla le había servido a la rubia sino que a mi también me hacía mucha falta.

Besé su mejilla y sin decir más fui hacia la puerta, tomé el pomo y salí caminando a paso lento por el pasillo del sector rebelde. Suspiré y por más de que volvía tarde a la cocina no me apresuré. No importaba qué tan cansados terminábamos cuando todo acababa, no importa si ya no teníamos ganas de seguir. Lo importante era que todo terminaba bien, de forma diferente a la planeada pero bien. Encendí mi móvil el cual había apagado para que Michael no me llamara y leí cuatro mensajes: "Vamos de fiesta." Todos decían lo mismo y eran de Beth, Evan, Chris y Haydée. Tener amigos era bueno salvo cuando solo podía elegir salir con uno.

CIERRO!