Reencuentros {David Rossi}

D. Rossi || Gimnasio, apartado para practicar Esgrima || 08:00 am

Una nueva pesadilla la aquejaba y el sol se entre colaba por el cortinaje de aquella habitación. Si bien no estaba aun acostumbrada a ella, tenia que adaptarse. Aun no habían pasado ni 24 horas desde que había llegado al campamento, poco lo conocía. Se levanto sigilosamente para no despertar a nadie, en su reloj marcaban las 6 am. Temprano para salir a correr un poco por las canchas o quizás caminar por allí inspeccionado todo lo que estaba a su alrededor. Se enfundo en su traje para hacer deportes y las zapatillas de correr, junto a su bolso con todo lo necesario. Era pequeño, con una toalla de mano, útiles de aseo básicos para irse al baño acicalarse e irse a trotar o caminar, ya lo decidiría en el camino.

Guiándose por los letreros del sendero, llego a las canchas. Bastante amplias y con pasto sintético. No podía evitar pensar en las canchas de Alemania donde practicaban casi 8 horas diarias y aquella costumbre aun no se le quitaba para nada. Troto un poco para entrar en calor, no quería lesionarse por ser descuidada. Una idea fugaz cruzo por su mente, practicar algún movimiento de esgrima en el gimnasio luego de trotado no estaría nada de mal. Además le habían dicho que estaba equipado con todo para que se practicara dicho deporte. No tardo mucho en llegar al gimnasio, aunque le pregunto a un instructor de camino.

Entrando, miro por todos lados y no había nadie que la ayudase a practicar. Lo haría sola, no se quedaría con las ganas. NO señor. Se encamino al gran lugar donde estaban los trajes, mascaras y floretes. Lista con el traje, comenzó con el primer movimiento, un poco lacio hacía adelante con un remate posterior. Disgustada por la falta de agilidad, lo hizo nuevamente, una y otra vez. Obstinada con que todo saliera como a ella le gustaba, a la decima vez lo hizo y aquella sonrisa de satisfacción salio de entre sus labios. Denoto como para ese momento llegaba gente a entrenar, pero no les veía mucho la cara por la cubierta de seguridad que tenia sobre el rostro. Esperaba que en aquel campamento, por lo menos hubiera una persona conocida. ¿La abria?. Hacia somos semanas que había vuelto de Alemania y de sus amigos, en especial de David no tenia ni idea. Lo extrañaba, de eso no había la menor duda.

D. Rossi || Gimnasio, apartado para practicar Esgrima || 08:00 am

Aun concentrada en sus movimientos, unos tras otros seguía adecuándose al suelo del gimnasio. No era el mismo ritmo y mucho menos las mismas condiciones pero no dejaría de estar en forma para llegar nuevamente al nivel que hacía poco tenia. Tras realizar una nueva estocada delante y poner el florete junto a su muslo, suspirando dejo que sus pensamientos la trasladaran hacia Alemania. No hacía menos de 6 meses atrás. Tratando de ver en que había fallado en aquel combate, pero pese al tiempo no encontraba fallos es más encontraba puntos de ella misma que no había denotado nunca antes en su mente. Detenida en medio del combate en solitario, develo una pequeña sonrisa. Casi se asemejaba más a un mohín que a otra cosa, pero aun asi nuevamente se movió practicando un dos en dos mas ligero que el anterior. Adelantes y atrás, estocar y retroceder un paso. Sabía que luego de entrenar aunque fueran unas horas debía comer un desayuno lo bastante abundante para que supliera toda la energía quemada y la próxima vuelta al campus corriendo. Había traído sus zapatillas de correr y claro estaba no dejarían que se llenaran de polvo en un lado de su habitación. La compartía, pero hasta ahora sus compañeros no habían dado la cara.

Sin darse cuenta y de vuelta al tierra oyendo una voz familiar mas de lo normal. Su corazón de detuvo, girando sobre sus talones se fijo en el rostro de quien había proferido su apodo. Nadie le llamaba Nasthya, sólo nast o thya. –David, murmuró lo suficientemente bajo para que él no la oyera, ya que llevaba aun la mascara. Dejo el florete enganchado a un costado de su cinturilla. Puso sus manos en la mascara y la retiro provocando que su melena castañña cayera por sobre sus hombros. Sonrió de medio lado mientras la sacudía, tenia que volver a tener forma por la mascarilla. –La misma que viste y calza, añadió acortando la distancia entre ella y su mejor amigo. No lo venia presencialmente desde que había partido a Alemania y tenerlo tan cerca solo añadió una sonrisa mas abierta en sus labios. Sabiendo que no era una simple ilusión de su mente se aventó a los brazos de este. Una vez en ellos inspiro rápido y profundo dejándose llevar por el momento. –Rossi, tantos años amigo. Musito en el oído de este abrazándolo mas fuerte a medida que podía. -¿me extrañaste como yo a ti?. Grandote pregunto nuevamente con los pies en el suelo.

La complexión de su amigo no había cambiado y los centímetros de ventaja por sobre los de ella tampoco. Sonsaco otra sonrisa de sus labios y golpeo levemente el hombro de este a modo de saludo mas fraternal. Le miro aun estupefacta de tenerlo tan cerquita de ella. –Estas mas grande que cuando me fui pero igual de bello, Amigo. Añadió poco después para besar la mejilla de este. Lo quería como a un hermano y esto era conocido por todo aquel que perteneciera al circulo de Nasthya.