Always giving a bad impression {Priv-Thomas}

♪ The Horse He Sweats With Fear We Break To Run The Mighty Roar Of The Russian Guns And As We Race Toward The Human Wall The Screams Of Pain As My Comrades Fall.. ♪

La fémina estiro uno de sus brazos hasta el pequeño reproductor que sonaba como su alarma, para ella, aquella ruidosa canción era como un "Buenos días" de los brillantes Maiden, simplemente era hermoso. Busco con sus flacos dedos el interruptor para apagar el sonido y soltó un quejido junto con un largo y sonoro bostezo. Era su primera semana en aquel lugar y ella se moría por que el campamento acabara, toda la situación por momento era sumamente problemático y, acabase denotar que la chica no sabía aun bien hablar el idioma.
Finalmente, logro abrir sus pequeños ojos y comenzó a incorporarse en la cama como podía, mirando aun borroso su alrededor -Ah.. No he descansado bien- Musito con desganas, sacándose de encima las sabanas y poniéndose de pie a como pudo, incluso, cuando sus pies finalmente se firmaron contra el suelo y ella se dirigía al baño, sentía sus pies como si estuviesen pegados al suelo; No despego ni un solo instante sus pies de el suelo.

Tras un largo y cálido baño, la coreana salio con todas las pilas de la ducha, su rostro estaba resplandeciente y ya había salido de el baño con suma felicidad, como si nada pudiera arruinar ese día, aunque siendo ella, seguro una mosca le fastidiaría en el día o se golpearía con algo y un feo moretón adornaría su piel.
Saco de su armario un conjunto común en ella, unos pantalones negros, una blusa blanca con un estampado que decía "No al maltrato animal", encima una chaqueta que simulaba ser cuero (Cabe aclarar que No era de cuero), unas botas negras con tacón alto, para no verse tan baja y su cabello suelto y maquillaje a lo mas natural. Tomo su pequeña mochila, se la colgó y tomo su celular, saliendo así de los dormitorios. Hoy tocaba visitar parte de la ciudad.

Tras caminar por las calles, escucho como sonó su celular, por lo que inmediatamente miro y ladeo el rostro, decía "Numero desconocido", mas aun así, contesto -¿A-Aloh?- Se escucho una risa masculina, que ella conoció -¡Oppa Hyun!~ ¿Como es que ha podido llamarme?- La chica miro a los lados, tratando de bajar un poco al volumen de su voz "-Estoy en la ciudad pequeña, ¿Te parece si ye doy la dirección y pasas por mi?.. Yo.. no sabría como llegar a ningún lado-" Las mejillas de la chica se sonrosaron y asintió con levedad, afirmando con la voz para que el supiera que estaba enterada -Oppa, deme un segundo- Cuando levanto el rostro, miro como estaba a punto de cruzar la calle y dirigirse a un parque que estaba un poco solo, solo había unas cuantas parejas y unos niños jugando. Molly quiso pasar rápido y a la ves, contesto -Un seg....- Lo que faltaba. La chica había chocado con alguien al casi llegar a la banqueta y por el impulso de ir rápido, mas chocar, soltó su celular y resbalo por el suelo, hasta caer a una alcantarilla descubierta que estaba bajo la banqueta que casi subía -¡No!- Sus ojos se abrieron de par en par y se quedo ahí, mirando la alcantarilla anonadada y perdiéndose un segundo de el exterior -Hyun va a matarme.. -Fue lo único que logro salir de sus labios, con angustia. Se giro a ver a la persona con quien había chocado y gracias a sus impulsos, le dio un pequeño golpe en el pecho, pero sin mucha fuerza y se vio como una pequeña niña luego de que su juguete se rompiera. Se veía un poco molesta.. -Oh, perdona.. N-No quería golpearte. Bueno si quería, pero no debí hacerlo- Sus mejillas no solo se prendieron por el hecho de que perdiera su celular y que su querido hermano quedo colgado, sin saber ahora donde estaba, si no, por haber golpeado a un completo desconocido.

Había vuelto para el verano al camp, mi primera vez allí un par de años atrás había decidido que me apestaría de por vida ese lugar lleno de personajes que querían sobresaltar ante los demás, llegado el momento de conocerlo había quedado maravillado con la idea de separar a los campistas en grupos referentes a sus características más notables. Por ejemplo yo, creía en la justicia, iba en contra de todo lo postulado y declarado por los demás, iba por la vida buscando problemas con los que no eran honrados ni objetivos, así que por consecuencia quedé en el grupo de los "Rebeldes". Casi podría haberme puesto a discutir por haber terminado allí, pero al ver que los de mi grupo eran de ideales parecidos a los míos, quedé fascinado.

Esa mañana debí ser el primero de mi grupo en despertarme, otra de las características que solían tener la mayoría de los rebeldes, era la pereza, la mayoría de ellos no veía razón aparente para despertar temprano si podían dormir hasta más tarde. Removí un poco sus camas a forma de broma y también para intentar levantarlos de una maldita vez, pero aunque cause que un par cayeran de la cama, no me resultó como quería.

Finalmente resolví por tomar una rápida ducha, colocarme una camiseta gris sin mangas, una sudadera negra con gorro y pantalones deportivos cortos, me calce las zapatillas y, ya cuando salí de la habitación, me puse los audífonos para poder así trotar con ánimos. Parecía que los funcionarios del camp estuvieran acostumbrados a que nadie despertara temprano puesto que todavía cortaban el césped y limpiaban las piscinas y barrían las cenizas de las fogatas del día anterior.

Quise dirigirme al comedor para pasar por algo de comer antes de trotar pero al final tomé la determinación de comer algo fuera, en el pueblo cercano. Así que llegué a los confines del campamento y colocando play a la música comencé a trotar. Mi boca se movía mediante iba la letra de las canciones, por el camino me encontré con una infinidad de chicas que andaban en bicicletas y me saludaban a lo lejos, y luego decían que nosotros eramos los pervertidos, pero sin darme rodeos les devolvía el saludo y seguía en lo mío. Así fue hasta que llegué al pueblo, el lugar no era muy grande pero tampoco tan pequeño. Tenía todo lo que se podía desear de la ciudad, hoteles, bares, pubs o discotecas, y hasta un centro comercial. Pasé por un almacén de allí cerca para coger algo de desayunar, opté por un sandwich de jamón y queso, además de una malteada, era algo simple pero siendo verano debía disfrutar de estos placeres mundanos, en casa mi madre mandaba a prepararme los mejores platos y no podía siquiera disfrutar de un bol de cereales.

Con bolsa de papel con ambas cosas dentro, seguí trotando para parar en un parque que había en el centro del pueblo, siempre con suerte conseguía intercambiar palabras con alguna chica de por allí e intercambiar números para así salir a alguna cita con ella. Cuando iba entrando a este, vi a una chica al parecer asiática, había tenido experiencia suficiente para saber que era coreana, parecía estar sumida en una conversación por teléfono e seguí trotando para sentarme en alguna banca de aquel parque cuando la chica paso a llevarse conmigo y accidentalmente cayó mi compra al suelo y mi sandwich salió de la bolsa, como también la malteada de su envase y quedó hecha una mezcla algo repugnante.- oh no... creo que me debes un desayuno chica.- comenté un instante antes de sentir su débil puño en mi pecho- ¡ey! - protesté tomándola de la muñeca con una sonrisa, para soltarla poco después para que no comenzara con gritos de "me haces daño", alcancé a ver como su teléfono se escurría por la alcantarilla- si no te diste cuenta yo también salí afectado- señalé mi bolsa totalmente escurrida por el suelo con lo que iba a ser mi desayuno. La chica en serio parecía angustiada, y yo estaba bastante hambriento a su vez.- ¿sabes qué mas? si tanto de complica el hecho de haber perdido tu teléfono, venga que te compro otro siempre y cuando tu me compres un nuevo desayuno.- lo decía en serio, con una sonrisa de esas que buscaban tranquilizar a la otra persona, no era un engreído que soltaría maldiciones a los cuatro vientos y me iría sin buscar solución al problema. Esperé su respuesta mientras cogía la bolsa que había caído, el recipiente de la malteada y el sandwich y los tiraba a un basurero que estaba a un par de metros.- ¿entonces?

La chica parecía aun anonadada por lo que había pasado, su mirada seguía puesta sobre la alcantarilla donde cayo su celular y cuando el chico hizo aquel quejido por el golpe, parpadeo un poco y llevo su mirada a el, frunciendo un poco sus labios y llevando ahora su mirada hasta el daño que ella había causado con respecto a el, pero no le había parecido tan horrible lo que hizo a comparación con lo que el hizo, su vida, su única manera de comunicarse, donde tenía mucha información y cosas que descargo de Corea, estaba ahí, mas bien, quien sabe si el agua de la alcantarilla había logrado arrastrar su celular hasta no se donde.

Le escucho y soltó un largo suspiro, llevando una mano hasta su frente y despeinando un poco su flequillo, formando un pequeño puchero con sus labios -Que horror.. Mira.. - Señala la comida en el suelo y gira un poco sus ojos, peinando su cabello y mirándole -¿Hablas enserio?, ¿Me vas a comprar un nuevo celular?- El rostro de la chica se ilumino por un momento, ¡Pero claro que se lo iba a pagar!, incluso iba a pedirle el estuche especial que le había comprado al IPhone -Esta bien, no pierdo nada con comprarte el desayuno.. - Miro como el chico recogía las cosas del suelo e iba a un bote de basura a tirarlo, por lo que inmediatamente reprocho cuando este regreso -¿Sabes?, Le podías haber dado ese emparedado a un pobre perrito- Sonrió un poco apenada, por comenzar a ponerse los moños con el muchacho e hizo un ademan con la mano, como diciéndole que todo estaba bien, que ya no importaba. -Bueno. Te compro un desayuno.. De paso aprovecho para comer algo yo también- Se toco el estomago con una de sus frágiles manos y se sobo -También tengo hambre. ¿Te molesta si vamos a un lugar que yo conozco?- Sin siquiera dejar que el chico contestara, paso a un costado de el y le tomo de el brazo con elegancia, comenzando a caminar y por ende, obligando al muchacho que le siguiera el paso.

Mientras caminaban por el parque y dirigía al desconocido a aquel lugar que ella visitaba cuando tenía ganas de comer fuera, ladeo un poco la cabeza y comenzó a soltar el brazo de el chico lentamente, sonrosándose con levedad por el atrevimiento -Y dime..- Se rasco suavemente la mejilla derecha y seguía caminando, metiendo ambas manos a los bolsillos de el pantalón -¿Cual es tu nombre?, Creo que debo saber el nombre de la persona que hizo que perdiera mi celular y a quien le regalare un desayuno en un buen lugar- Le miro con el rabillo de el ojo, estirando el cuello y tratando de verse sería, aunque sus pequeñas muecas no le ayudaban en mucho. Finalmente habían cruzado todo el parque y contra esquina de el mismo, había una cafetería de muy buena imagen y que desde donde estaban, se apreciaba un ligero olor a café. -Es ahí..-

Mis labios se apretaron en una línea, una mueca que solía colocar cuando no sabía que hacer o decir, la chica parecía horrorizada por haber perdido su teléfono por esa rendija que daba al alcantarillado, ¿por qué pone tanto problema?, pensé, ¿no es acaso que todos los campistas son de familias ricas?. Al menos yo no tenía problemas para comprar un teléfono nuevo, y aquella chica, con el look y la forma en que se comportaba, me parecía que tampoco, aún así me ofrecí a comprarle uno nuevo, si eso le hacía feliz.- Me temo que a los perros, a pesar de ser callejeros, no les gusta el emparedado mojado- curvé una perfecta sonrisa socarrona como si hubiera dado en el punto- además, obligo a mis padres a donar dinero para causas benéficas como los animales callejeros y los en especie en extinción- le conté mientras pasaba mis manos en mi sudadera a pesar de que no las había ensuciado.- y cuando veo muchos perros vagabundos por allí avisó para que un equipo se encargué de ellos y se los lleve para asearlos y todo aquello, luego les buscan hogares.- sonreí ampliamente, no podía quedarme con el crédito de la idea, en realidad me lo había propuesto Nana, la, ahora, anciana nodriza que había velado por mi bien desde que era un crío, cuando mis padres no estaban. Ella amaba los animales y pues me había pegado aquello, tenía dos perros y un gato gracias a ella, y me pareció bien lavarles la cabeza a mis padres para hacer eso por los animales. Un capricho que cumplieron, obviamente.

- Donde haya comida yo acepto ir- repuse mientras avanzaba con ella tomada por mi brazo, debimos de haber parecido raros, yo con pinta de corredor y ella tan elegantemente vestida, quizá fueran unos jeans y una polera que me agradaba bastante con su mensaje, pero se veía elegante en su forma de caminar y todo aquello. En un momento soltó de mi brazo y quedé con el ceño fruncido, ¿había hecho algo mal quizá? quizá ella también notó lo raro que podíamos vernos. Me rasqué nerviosamente la cabeza antes de contestar- me haces sentir culpable, cuando el hecho fue que tú eras la distraída.- susurré apelando a mi inocencia.- pero bien, mi nombre es Thomas Simons, ¿y el tuyo damita?- alcé una ceja mirándola curioso.

Ella señaló y seguí con la mirada el lugar, en aquel pueblo solían a ver tantas cosas elegantes, que a mi parecer sólo los campistas asistíamos, los habitantes del pueblo solían ser los dueños, o los meseros o las personas que nos atendían... Caminé con la chica avanzando al lugar y cuando estuvimos allí se nos acerco una muchacha invitándonos a sentarnos en una de las mesas para dos, asentí y lanzando una mirada a la chica con la que venía, espere a que ella se adelantara para poder seguirla- bonito lugar.- elogie su elección y nos sentamos mientras la chica esperaba nuestra orden- ¿tienes alguna recomendación de qué puedo desayunar aquí? por mi pediría cada cosa del menú para así compensar el precio que me costará tu teléfono.- reí ligeramente y me volví a la camarera.- supongo que en este lugar tan elegante no sólo preparan emparedados.