tiro a la diana (michael)

Desde que me habían quitado la escayola había una cosa que tenía ganas de hacer, pero que no me atrevía. Obviando el hecho de arreglarme, ponerme tacones, lo que más echaba de menos era practicar voleibol. Debido a mi tobillo no había podido moverme apenas desde hacía un mes o más, ya ni lo recordaba, y mi cuerpo se resentía si dejaba el deporte de golpe. Lo peor, es que no sabría cuando lo retomaría. Ahora mismo no podía arriesgarme a volver a jugar, a volver a torcerlo de nuevo y hacerme otra avería peor... Así, que ahí andaba yo con mi dilema. Empezar o no a practicar deporte. Llevaba con esa idea en la cabeza días y al final lo único que hacía era lo que hacían muchas de las chicas de allí, playa todo el día y luego tomar algo, como máximo andaba un poco por la orilla, hasta que mi tobillo decía basta.

Aquel día, empezó igual que todos los demás, amanecí de media mañana y tras ponerme el correspondiente bikini y ropa fui a la playa, donde estuve tirada la mayor parte del día, quitando los momentos en los que me moví para comer o para reunirme con algunos amigos que también habían optado por pasar el día de playa. Ahora, a las 7 de la tarde, el sol empezaba a bajar y con ello el calor del día se alejaba para dar paso a una suave brisa que se agradecía en el camino hacia el campamento, hacia las habitaciones. Sin embargo, no sabía en que andaba pensando que cogí el camino largo, y acabé entrando por el lado contrario, lo que me haría atravesar todas las pistas. En otras circunstancias habría refunfuñado por mi falta de cabeza, pero aquella vez, hubo algo que me hizo sonreír y sentirme como una niña pequeña. En mitad de las canchas había un balón abandonado, y en aquella zona apenas había gente. Miré a todos lados y acabé por acercarme a coger aquel balón de basket para devolverlo a su sitio, sin embargo, en cuanto lo cogí, bajo la canasta, decidí tirar por una vez, por lo que dejé mi toalla en el suelo y me dispuse a tirar. A pesar de ser bastante dada en muchos deportes, el basket no era uno de los que mejor se me daba, y de hecho parecía un poco pato jugando, pero como no había nadie cerca no me importó.