{Privado} Tequila con limón

{Privado} Tequila con limón

Rondaban las dos de la mañana cuando mis pasos me llevaron a la gran cola que se iba formando en torno de la puerta de la discoteca, parecía que nunca iba a terminar; aquel día había decidido acercarme a la discoteca para liberar toda las ganas de desfasar que no había podido soltar dias atrás, como era normal había ido solo, ya que era un lugar nuevo y aun no conocía demasiados amigos en los cuales confiar. Eso no significaba que pretendiera irme de allí solo, quería encontrarme con la chica más hermosa de aquella discoteca; es más estaba convencido de que la iba a encontrar, tanto yo como jimmi lo deseábamos y lo sabíamos.

- Son 10 Euros con consumación, y 5 sin ella - Se trataba la voz de aquel enorme portero que tenía su cuerpo tapando la entrada a el lugar, a regañadientes saqué un billete de diez medio doblado por haber estado en el bolsillo desde hacía días y luego lo entregué para poder pasar; como era obvio no se le ocurrió pedirme el dni, desde hacía tiempo que nunca lo pedían cuando deseaba entrar a lugares donde se requería, no aparentaba mucha más edad...pero las apariencias aparentaban que no era un mocoso de diecisiete años con ganas de un polvo rápido.

El hombre me observó con algo de asaco y luego me dejó entrar en el lugar empujándome hacia la entrada...cada vez las personas tenían menos respeto en tratar a un caballero como era yo; un gran caballero de pircings y tatuajes. Una vez dentro del lugar me dirigí como pude a la barra para pedirme un cubata, debía ir empezando a calentar la garganta para lo que me esperaría... la noche estaba empezando solamente, y aparentaba muy interesante

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¿Cuando te quitaras, querida Annabeth, esa manía de vivir de juerga en juerga? Interrogo con sobrada curiosidad una profunda voz dentro de la cabeza de la morena que caminaba con paso tranquilo y seguro por uno de los tantos pasillos de la discoteca, ella tenia planes y los mismos consistían básicamente en disfrutar de la noche que recién estaba en pañales y durante el proceso tomar unas cuantas bebidas..ademas de bailar como si no hubiera mañana. Estar acompañada no encabezaba lo primero en su lista de prioridades porque no necesitaba de otro ser para pasarla bien, sin embargo, una buena compañía nunca podía rechazarse. Quizás tuviera la suerte de su lado en esta ocasión y conociera a alguien que valiera la pena.

La música sonaba a todo volumen por los altavoces que estaban ubicados estrategicamente en el amplio y concurrido local pero no le impedía a la muchacha oír los cuchicheos y las risas de las personas que se encontraban a su alrededor mientras se abría paso entre la pequeña multitud para llegar a la zona de la barra o al menos a una de las pistas.

Sus ojos azules no vagueaban por ningún lado, mantenía su vista al frente porque sabia que no se toparía con ninguna cara conocida, Beth no pertenecía a este lugar y rápidamente se había hecho a la idea pero aprovecharía su estancia y trataría de experimentar la vida de una chica común y corriente, una que no tuviera que preocuparse por traer dinero a la casa ni por pagar las putas cuentas cada mes. Apartando aquellos negativos razonamientos de su consciencia se detuvo frente a la barra y desplazo su mirada por las bebidas que estaban ordenadas pulcramente en unos estantes, se subió a uno de los taburetes y cruzo una de sus pálidas piernas sobre la otra, su corto vestido de cuerdo deslizándose hacia arriba un par de centímetros..

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Habían pasado algo más de media hora y lo único que estaba haciendo era beber allí en la barra...sin ninguna compañía como era habitual, el tiempo parecía que pasaba cada vez más despacio y a pesar de estar en una discoteca donde lo menos que haces es aburrirte, comenzaba a sacar mi samsung para mirar algunas tonterias, pasto del aburrimiento que estaba pasando... se sabe por experiencia que sacar el movil en una discoteca te hace ser el aburrido y poco interesado; más en aquellos momentos me daba igual todo lo que ocurría a mi alrededor, aun recordaba cuando iba a esos lugares para encontrar mujeres que pagaban por sexo... desagradable pero cierto, aquellos recuerdos hacían que cada vez me dieran más ganas de salir de aquel lugar.

Así que decidí volver a salir de la discoteca para fumar un buen tabaco, o tal vez dos... aquello me tranquilizaba y justo era lo que necesitaba cuando me encontraba aburrido, lástima que en las discotecas (dentro) no permitían el humo de aquella droga tan agradable. Empezé a habrirme camino entre la gran cantidad de personas que bailaban y hacian un poco el "tonto" en aquella discoteca, estaba a punto de salir del lugar cuando de repente vi algo bastante curioso, se trataba de un grupo de chicos engominados que con rostro de "ligones chulos" se dirigian a la cacería de alguna mujer hermosa... de repente la idea de fumar se alejó de mi cerebro para intercambiarla por la idea de ver como los "chulos" se llevaban algunos negativos interesantes; hacía bastante tiempo había aprendido que ese tipo de chico asquea a muchas jovencitas, que solo los utlilizan para reirse de ellos...o pornerlos en ridículo.

Los chicos se acercarón a la otra barra de la discoteca, la que estaba situada justo enfrente de la que había utilizado yo para pedir mis consumiciones, una chica se encontraba sentada allí con apariencia de encontrarse relajada, los chicos parecían discutir o chulearse unos con otros a ver quien era el que le atacaba a la jovencia; permanecí algo alejado cruzando mis brazos con una sonrisa burlona en mi rostro...estaba seguro de que iba a reirme mucho con aquella escena, al principio no estaba del todo seguro, pero en el momento que uno de los jovenes engominados se quito la camisa y se acercó a la joven, decidí que había un 100% de seguridad en mis pensamientos.

El joven rondaría los dieciocho años, tal vez tenía diecisiete... por las apariencias se notaba que era un chico con padres ricos y muy bien "amamantado" .... el joven se había deshecho de su camisa de tiras y se acercaba a la joven con una sonrisa de "sobrado", una vez estubo cerca apoyó su biceps en la barra marcando músculo y dijo algo a la pelinegra que apenas conseguí escuchar bien.

- Hola, me llamo Felipe, recuérdalo bien porque estarás gritando mi nombre dentro de unos minutos. -

OMG!!!.... casi muero de la risa cuando terminé de escuchar al joven pronunciar aquellas palabras, ¿como podía ser tan tremendamente gilipollas?

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Beth hacia tamborilear sus dedos sobre la superficie plana de la barra mientras aguardaba a que el barman se dignara a atenderla. Como no era la única que se había acercado para pedir una bebida tuvo que esperar, cosa que abrorrecia profundamente pero que, lamentablemente, era necesaria si quería sentir, en breve, el alcohol deslizarse por su garganta, quemandola suavemente y de esa forma tan deliciosa, tan adictiva.

Distraidamente la muchacha le presto entera atención a su esmalte de uñas rojo fuego, el color enfatizaba aun mas su pálida piel y la hacia destacar pese a la escasa iluminación que había en el local. Observo uno de los tantos anillos que decoraban sus dedos pequeños y posteriormente lo hizo girar de manera lenta y pausada, cuando acabo los otros siguieron el mismo destino. Por muy extraño que pareciera aquella acción la tranquilizo y la hizo olvidar momentaneamente de la espera. Al terminar de jugar con sus alhajas de fantasía alzo su mirada y se encontró cara a cara con el semblante del barman, este la estudiaba con cierta curiosidad o ¿acaso lo que sus pupilas destilaban era una pizca de exasperación por su falta repentina de interés?, le dio igual. No era su culpa que tuviera una noche atareada, pensó sin siquiera un rastro de compasión a la vez que abría sus labios y dejaba salir de ellos el nombre de la bebida que tomaría para aclimatarse.
El barman con cara de pocos amigos comenzó a preparar su trago y se hallaba tan sumido en su tarea que ni se inmuto cuando un grupo de jóvenes se acerco a la barra. La morena les brindo un vislumbre cargado de desinterés y retomo la postura que había estado llevando hasta hace un par de minutos atrás, sin embargo, podía sentir cada par de ojos masculinos fijos en ella, principalmente en la zona de sus descubiertas piernas y su escote.

Ella estaba segura de que pronto alguno haría un movimiento para coquetear y casi se le escapa una risa burlona por lo absurdo que seria y lo mal que lo pasaría el chico si se atrevía a decir algo estúpido. Finalmente uno de ellos se pego a su costado, exhibiendo un torso y brazos inflados que eran dignos de una caricatura, poco tenia de atractivo para la señorita Wentworth porque estaba lleno de esteroides, no era real y para colmo su engominado cabello lo hacia verse aun mas patético.
Cuando hablo, confirmo sus hipótesis..realmente daba lastima. Arqueando una de sus oscuras cejas lo enfrento y la sonrisa socarrona que cubrió su boca la hizo verse como una genuina perra. -El único que estará gritando en unos minutos seras tu gillipollas, cuando clave mis tacos de diez centímetros en tu misero órgano reproductor para sacarte las ganas y si tienes suerte puede que no te deje estéril.. así que ¿porque no despiertas a la solitaria neurona existente que posees y te largas de mi vista?- El tono de su voz fue extremadamente cortante y no daba chance a replica alguna

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Las palabras de la joven fueron directamente muy duras, estaba acostumbrado a reírme con los disparates salidos de la boca de los adolescentes sin neuronas en búsqueda de sexo, pero por otra parte ni yo esperaba aquella respuesta tan tajante y directa, además de amenazante…, suspiré aliviado de que no estaba yo en el lugar de aquel joven que después de recibir aquella contestación pareció que se asustó y dijo algo para sí “no vales la pena” y rápidamente se marcho como si tuviera prisa por algo, sus amigos se reían y lo señalaban mientras discutían cosas y se enseñaban sus android, era interesante observar como la raza humana cada vez se volvía más estúpida entre otras cosas por los pensamientos machistas que se le implantaban desde pequeños. En parte sentí curiosidad de quien era aquella chica así que me atreví a acercarme a ella para probar de conocerla un poco, lógicamente no tenía intención de saludarle de la forma que lo había hecho aquel joven sin hervores en el cerebro.

Na…me hice el que parecía no hacerle caso y comencé a bailar aquella música tan marchosa, moviéndome perfectamente al son del D jay , había aprendido a bailar para poder ser más irresistible como gigoló, y la verdad que no se me daba mal tampoco antes de entrenar en clases, así que dejé llevar mi cuerpo por la música durante unos minutos… luego cuando la música cambio y empezó otra diferente sonreí y me acerqué a el lugar donde la chica estaba, cualquier adolescente chulo hubiera estirado sus ropas, peinado sus cabellos… a mi me dio totalmente igual como estaba después de haber bailado durante tanto tiempo y tan seguido. Me acerqué a ella y la miré a los ojos durante unos instantes, luego no forcé la mirada para no parecer acosador y entonces me acerqué con una sonrisa para decirle unas palabras mientras la observaba a los ojos directamente.

-Oye, la verdad que tienes buenos métodos de quitarte de encima a los niños – comenté mientras dejaba escapar una risa, y asentía con la cabeza mientras jugaba sin darme cuenta con el pircing que tenía en la lengua, aquello era una manía que hacía siempre sin percatarme..la verdad no deseaba hacerlo…pero nunca me daba cuenta… - Tenía la intención de salir un poco a la calle, a disfrutar un tabaco, ¿te v…. – De repente antes de que acabara la frase uno de aquellos jóvenes me dirigió un empujón el cual esquive de forma curiosa… cual boxeador en pleno rin, al parecer aquella chusma aun pretendía más bronca y molestar a las personas que ansiaban pasárselo bien -¿vienes?- terminé por decir mientras le hacía una señal a uno de los porteros para que se ocupara de aquellos idiotas, yo no me había fijado…pero otras personas incluso la chica tal vez habían observado como aquel chico había intentado empujarme y al esquivarle había caído de bruces contra el suelo, torciéndose un dedo… lástima por él.

Me giré dejando ver aquella paloma tan característica que no quería marcharse de mi cuello, uno de los tatuajes que más aprecio le tenía… ahora solo esperé la respuesta de la joven, de la cual aun no me había fijado bien a cusa de la poca luz del local.

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Para Beth las palabras que solto el chico engominado carecian de ofensa para su preciada persona, le importaba muy poco, correcion nada de nada, lo que ese idiota tuviera para decirle. Ella sabia que habia lastimado su ego al rechazarlo de aquella forma tan abrupta pero se lo merecia por ser tan gillipollas y creido, ademas, alguien debia enseñarle cortejear correctamente a una mujer sin tener que utilizar la primera frase absurda y con contenido meramente sexual que bombardeara su pequeño cerebro. Sonrio internamente al percatarse de que su maniobra habia dado resultado ya que el niñato se alejaba con el rabo entre las piernas y la cabeza gacha rumbo a donde sus amigos se hallaban reunidos. Estos se burlaron de su fracaso un largo rato, decian que podian hacerlo mejor que el y cosas similares. "Pobres ilusos, no tienen ni dos dedos de frente" peso la morena de expresivos y llamativos ojos azules, segundos mas tarde el barman coloco su trago sobre la superficie lisa y oscura de la barra. En agradecimiento dio un breve asentamiento con su cabeza y le entrego un par de dolares.

Al apoyar el borde del vaso contra sus labios pintados de color carmin el liquido que contenia el mismo se deslizo por las paredes internas de su garganta, quemandola deliciosamente y menguando un poco su sed. Aun sentada en su taburete se dio la vuelta para observar a las personas que bailaban en la pista al ritmo de la musica tecno que sonaba, a todo volumen, por los altavoces. Los movimientos de un joven en particular llamaron su atencion y se centro en el vaiven de su estilizado cuerpo, parecia bastante a gusto desplazandose gracialmente de un lado a otro, incluso se lo veia comodo con su soledad y eso le agrado a Beth, instantaneamente sentio cierta empatia por el porque todo indicaba que a ambos le importaba un bledo lo que pensaran o comentaran los demas. Cruzando nuevamente sus piernas dejo de mirar al bailarin experimentado y aliso los bordes de su vestido de cuero negro, estaba vestida provocativamente pero tampoco como una cualquiera y si bien la tela se deslizaba hacia arriba con mucha facilidad ella se encargaba constantemente de bajarla hacia donde pertenecia, no queria dar un espectaculo, al menos no tan temprano.

Ella estaba tan distraida que no se dio cuenta de que el alegre danzador se habia acercado hasta su ubicacion, cuando alzo sus ojos se topo con los ajenos y con su amplia sonrisa, una repleta de blancos dientes. Mientras abria su boca para hablarle, el se adelanto al hacer precisamente eso mismo y logro arrancarle una diminuta y ronca risa.-He mejorado con los años, ¿acaso necesitas alguno de mis tips?- Pregunto la srita Wentworth con un aire burlon antes de tomar otro sorbo de su alcohol. Lo siguiente que dijo el chico la hizo fruncir su entrecejo, no porque habia murmurando algo malo sino porque se interrumpio por culpa de uno de los estupidos engominados que intento empujarlo con el unico fin de que perdiera su equilibrio y cayera. Obviamente en los planes del idiota no habia estado que el bailarin fuera capaz de esquivarlo asi que el tiro le salio por la culata y acabo tirado en el sucio suelo, haciendo un gran ridiculo ya que de repente todos lo estaban mirando, incluidos los matones de seguridad que habian visto toda la patetica escena.
-No soy capaz de rechazar una invitacion si el tabaco esta incluido ademas..estos tipos ya me estan cansando- Acoto encogiendose de hombros entretanto se bajaba del taburete y dejaba el vaso vacio en la barra. Dio dos cortos pasos en su direccion y juntos comenzaron a caminar hacia la salida de la discoteca.

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Vaya aventura había vivido viendo a aquellos jóvenes desesperados por encontrar algo de sexo fácil, tal vez pudieran encontrar aquello que pedían pero lamentablemente no de la joven que hacía varias horas me cautivaba cada vez con más rapidez… era difícil encontrar a chicas solas en discotecas, básicamente todas solían salir con sus amigas o amigos para no parecer antisociales, pero por otra parte la pelinegra no tenía nada de antisocial, se notaba que era una chica con carácter por la forma que se había quitado de en medio a aquellos idiotas y eso era algo muy importante para un joven tan cansado de las mujeres como lo era yo, la verdad sentía algo de curiosidad por conocer mejor a la joven y la situación se ponía bastante a mi favor.

-hahaha, pues me gustan tus tips, además de otras cosas de ti – Comenté sonriéndole mientras caminaba con ella hacia la salida de aquel local donde hacía solo dos horas me había adentrado, era extraño que abandonara aquel lugar tan rápido pero era bien acompañado y nadie podía negarlo. Al llegar a la puerta aquel portero de casi dos metros observó mi face y a quien llevaba detrás de mí, parecía muy extrañado y sin decir muchas palabras me señalo un sello para que le postrara una de mis manos o lo que sea, tenía que marcarme para poder así saber quién era el que entraba y salía de la discoteca.

Al momento que respiré aire limpio recordé porque me encantaba tanto salir a fumar y desconectar de la discoteca y toda su música con volumen a romper, sinceramente solo accedía a aquellos lugares cuando me encontraba muy aburrido y son nada que hacer por la noche. – Bueno, perdona por no presentarme antes, Soy Ash… - Terminé por comentar mientras agarraba un tabaco y me lo colocaba en la boca con una sonrisa hermosa y sensual, no me consideraba un Casanova, pero sabía cómo conquistar a una chica… había vivido muchas experiencias como para todavía no ser capaz de aquello; aunque entre otras cosas.

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Annabeth caminaba al lado del chico en silencio, su esbelto y pálido cuerpo destilando tranquilidad con cada paso firme que daba hacia la salida de la discoteca. Considerando el buen instinto que ella poseía para detectar come-mierdas se sintió segura e incluso confiada ya que no estaba recibiendo ninguna señal de que el joven pudiera ocasionarle problemas ni mucho menos de que intentara hacerle daño a corto o largo plazo, sin embargo, la morena no era estúpida podía notar el aura de oscuridad y misterio que lo rodeaba, Beth estaba casi segura de que no tenia ni una célula angelical en su sistema aunque su rostro dictara lo contrario.
Por el rabillo del ojo volvió a poner su vista en el de forma evaluativa, debía admitir que tenia a su favor que era apuesto ¿Solo apuesto? joder Wentworth míralo de nuevo, es comestible! afirmo con vehemencia su escandaloso libido y ella no encontró ninguna maldita escusa para no darle la razón.

Se sintió intrigada, llena de curiosidad por saber que otras cosas eran las que le gustaban de su persona; debido a que eran desconocidos y solo habían cruzado un par de oraciones sin demasiada relevancia ella no podía adivinar, a ciencia cierta, a que se refería con sus palabras, el podía estar insinuando algo acerca de su apariencia física o le agradaba su humor ácido y la forma brusca que utilizaba al hablar cuando se molestaba, su bailoteo sensual y atrevido estaba descartado de la lista porque Anna no se había movido de la barra, al menos no hasta que el estúpido engominado la abordo como si solo fuera un pedazo de carne a la venta. Tuvo suerte de que el castaño la invitara a fumar unos cigarros afuera para librarse del tipo y sus amigotes porque si hubiera pasado unos minutos mas en su compañía hubiera dejado grabada la rotula de su rodilla su patética entrepierna.

-¿Y puedo saber que cosas son esas?- Interrogo la joven cuando el gorila de seguridad se encargo de sellar una de sus muñecas para que pudiera entrar nuevamente al local si se arrepentía. Afuera la temperatura era mas baja y una ligera brisa le pego de lleno en el rostro, alborotando así los negros mechones de su flequillo hacia un lado. Ni siquiera se inmuto, no era una de esas muchachas que se desvivía por arreglarse para estar a la moda o para agradarles a los demás, al que le gustaba bien y al que no se podía ir al demonio, ella incluso se encargaría de mostrarles el camino.
-No tienes que pedir perdón.. creí que mantendríamos el anonimato. Un gusto Ash, soy Annabeth y tienes permiso para llamarme como quieras- Profirió coqueta mientras le dedicaba una sonrisa maliciosa y apoyaba su espalda contra la pared de ladrillos que estaba detrás. Vio como el chico colocaba hábilmente el tabaco entre sus labios para encenderlo y espero para pedirle que le convidase del mismo..-Allá dentro hiciste una buena demostración de reflejos cuando el gillipollas te quiso "golpear"-

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