Hi St. Charles, you missed me? {{Elisse R.

HAYDÉE SOMMERS || ENTRADA

Un nuevo verano y una nueva aventura estaban por comenzar... Bueno, esa era la teoría. Esperaba que este año el campamento fue como el del año pasado, aunque quizá no tan parecido. Mi verano no había acabado como lo había planeado... Alguien... cuyo nombre no me permitía recordar, me había destrozado lo que podría haber sido uno de los mejores veranos de mi vida. Por suerte, mis chicas me habían ayudado a recomponerme, y culpa suya era que ahora mismo estuviese subida en aquel auto rumbo a aquel lugar tan asombroso. Mis dudas y recelos aún estaban ahí. Realmente era buena idea volver a aquel lugar?? La gran parte de mi cerebro gritaba sí, sí, hay gente a la que hay que ver, pero otra parte más pequeña... estaba temerosa de un reencuentro, aunque a saber si se produciría...

En realidad, tenía muchas ganas de reencontrarme con mis amigas, a pesar de haber permanecido en contacto vía electrónica, no era lo mismo que hablar en persona, y por otro lado, tenía curiosidad por qué habían hecho en tanto tiempo... Expectante por llegar el coche llegó al aparcamiento, y el chófer, muy amablemente me ayudó a bajar y desmontar mis cosas, para acercarlas poco a poco. Aquel accidente tan estúpido me había arruinado el verano parcialmente, y ya, estaba empezando a odiar a mi tobillo y aquella venda que tendría que llevar por un par de semanas. Realmente debería haberme quedado reposando, pero mi culo inquieto no lo iba a aguantar, así que ahí estaba, en la entrada del edificio cojeando, pues no había cogido aún mis muletas. Ya todo bajo control fui de manera bastante estúpida a registrarme, y coger las llaves de mi habitación, esperaba que única, para poder descansar de aquel agotador viaje, tirarme sin hacer nada por un rato. Sin embargo, como no, el teléfono tenía que sonar, mis padres, seguramente preocupados por el viaje, que si como estaba... Y efectivamente, Anto al teléfono, quería saber todos los detalles, si había cogido las pastillas, si me dolía el tobillo... Lo típico de cualquier madre el primer día de campamento, cosa, que en un par de días se olvidaba. Tras varios minutos parlando con ella y con mi padre, por fin pude colgar el teléfono, para escuchar una voz muy familiar decir mi nombre y tener a esa rubiales enseguida encima - Dée Dée! - sonrió al ver a aquella muchacha tan picaresca. - Cómo no iba a reconocer a una rubia tan despampanante? - bromeé mientras la abrazaba con cuidado intentando que no se notase lo molesto que era hacer eso con un esguince en el tobillo. - Me has echado de menos pequeña? Preparada para un verano inolvidable? - sonreí feliz, de empezar con buen pie. - Tenemos muchas cosas que contarnos...- a pesar de estar cansada por el viaje, en aquel momento prefería dejar el descanso para más tarde y encontrarme con toda aquella gente que tantas ganas tenía de ver.